Por Rachel Rondón
Médico oftalmólogo que decidió formarse en Coach Ontológico con Formación en Psicoterapia Gestalt.
La vida está hecha de invitaciones, a veces nos resistimos con más fuerza cuando nos invitan a hacer lo que más nos gustaría.
¿Miedo a qué? ¿a intentarlo y no lograrlo? ¿a lograrlo y sostenerlo? ¿a perderlo?… me han dicho algunos amigos argentinos ya varias veces: “no te estás arriesgando al no, te arriesgás al sí, el no ya lo tenés”.
Este artículo surge de la curiosidad de Andrea, después que hubiera leído unas líneas en las cuales yo describí mi experiencia al formarme como coach ontológico. Aunque desde hace mucho tiempo que tenía yo ganas abordar este tema. Andrea es una inspiración en cuanto a coherencia con sus mensajes: empieza lo que sueñas ahora, y, eres cuanto necesitas ser.
Agradezco profundamente la oportunidad de expresarme precisamente aquí, en la página de una psicóloga tan estudiosa, competente, comprometida a la escucha, que proyecta su aceptación amorosa de sí misma en el mundo que la rodea.
Estas actitudes que he descrito tienen mucho que ver con el quehacer de un coach, lo cual aclararé más adelante. En general el coaching es un proceso de acompañamiento, en el cual exploras tu situación actual, defines aquello que no te está “cuadrando”, elaboras tus aspiraciones, y te haces cargo de tus recursos para proponer tu propia estrategia. El coach se ocupa de reflejar lo que escucha, y facilitar que recorras este proceso, desde el saber qué quieres hasta que decidas ese siguiente paso en la construcción de tu camino.
Una pregunta pertinente aquí es: ¿realmente es necesario ir a que alguien me escuche si al final soy yo quien terminaré diciéndome a mí mismo qué es lo que tengo que hacer?
La respuesta igualmente pertinente: si tienes demasiado tiempo haciendo más y más de lo mismo, obteniendo resultados que te mantienen en insatisfacción, probablemente no estás haciendo un buen trabajo mirándote al espejo y escuchando tu propio lenguaje. Es aquí donde lo ontológico entra al juego.
Lo ontológico en este caso se refiere al estudio del ser, del quién y cómo estoy siendo ante mi circunstancia… del cómo estoy participando en generar la situación de la cual me estoy quejando, de cuánta coherencia hay entre lo que digo que quiero con lo que estoy haciendo, de cómo me quiero sentir, en qué aspiro convertirme al lograr mi meta. Bajo la premisa de que “el lenguaje no es inocente” al hablar descubro cómo estoy viendo el mundo, a mí mismo, a mis relaciones.
El coach ontológico procura mantenerse al corriente de que, por más obvio que pueda parecerle lo que te escucha decir, es ignorante del significado personal que tiene para ti cada palabra de tu discurso, en lugar de opinar y aconsejar, procede desde una humilde aceptación de su no saber, hace uso de su curiosidad, así que su herramienta es la pregunta. La intención es hacer visible para ambos aquello que se ha mantenido fuera de la vista por parecer obvio, exponer a tu propia conciencia lo que hasta ahora ha funcionado en automático, la manera en que estás concibiendo y estructurando tu realidad. Así, por ejemplo, si me dices “estoy trabajando demasiado” yo quisiera saber ¿Cuánto es demasiado para ti?, ¿cuánto quieres trabajar?, ¿para qué estás trabajando tanto?, ¿qué hace que este tema sea importante para ti?; si asumiera que sé de qué me estás hablando pasaría a otra cosa, te daría mi punto de vista o un consejo, sin escucharte de verdad; puede ser que estas preguntas nunca te las hayas hecho, o que no te hayas tomado el trabajo de responderlas antes. ¿Te ha pasado alguna vez que te soprendes después de decir algo y piensas “esto en mi cabeza parecía tener más sentido que cuando lo digo en voz alta”?, o bien “ahora que lo digo, que bonito suena”.
Al escucharme a mí mismo tengo la oportunidad de observar desde cierta distancia mis propias creencias, pudiendo asumir una actitud crítica frente a ellas, o afianzar con mayor profundidad mis valores. En cualquier caso, a veces eso puede hacer la diferencia entre desistir o insistir, desde la libre elección, en lugar de la simple repetición de lo que alguna vez me funcionó a mí, o a otros desde los usos familiares, sociales, culturales, cuyo verdadero origen, justificación y significación pertenecen a otra situación.
El coach ontológico confía en tu capacidad para gestionar tu vida, tus deseos, tu proceso, actúa desde el reconocimiento de tí como un ser responsable de sí mismo, que ha reunido su propia sabiduría y sus propios recursos para estar en el mundo. Eres tú quien decide hacia donde quieres ir, lo que estás dispuesto o no a hacer, quien confirma o niega las impresiones del coach.
El objetivo de la conversación de coaching es centrarse en el futuro, la responsabilidad entendida como capacidad y ámbito de acción personal, el reconocimiento de los recursos presentes y de las áreas de aprendizaje a desarrollar. La reflexión sobre el pasado, la interpretación de la conducta, el actuar desde la posición de experto en un tema que te va a enseñar lo que sabe o te va a decir que hacer se escapan de las áreas de competencia y del quehacer mismo del coach ontológico. El coach no tiene nada que reparar ni enseñar, parte desde la consideración de que estás completo y conoces lo que necesitas para dar el siguiente pequeño e importante paso.
Sin embargo muchas veces necesitas ayuda más allá de lo que puedas darte a ti mismo. También necesitarás quien te enseñe lo mucho que todavía no sabes, o quien una sus saberes a los tuyos. A veces el primer pequeño paso que necesitas es tomar la decisión de acudir a un maestro, socio, amante, mentor, entrenador o terapeuta. El coaching no es substituto ni equivalente a ninguno de esos roles, un coach responsable dará prioridad a tu bienestar por encima de cualquier aspecto técnico o conveniencia personal, si hay una excepción importante a la regla de no aconsejar es actuar éticamente facilitando que encuentres la ayuda que necesitas en alguien competente para un proceso que va más allá acompañarte a tomar una decisión. El conocimiento de sí mismo puede empezar a partir de una sesión de coaching, o, como fue mi caso, el coaching puede ser lo que necesitas para entrar en acción después de haber desarrollado cierta conciencia… o para aprender a escuchar. Un proceso profundo puede comenzar allí, pero requiere mucho más. Un dolor emocional abrumador, un vacío existencial, una experiencia traumática, una enfermedad física o mental, un duelo, requieren de la participación de personas con una formación exhaustiva en cada campo, el coach o el amigo que te lo digan están respetando sus límites y tus necesidades. Dejándolo completamente claro: el coaching, si bien puede ser de mucha ayuda en un aspecto puntual de tu proceso, no es en manera alguna substituta de la terapia psicológica.
Lo que el Coach hace | Lo que el Coach NO hace |
Acompañar | Decidir por ti, empujarte hacia lo que le parece, no es un entrenador |
Indagar en tu visión | Imponerte un modelo del mundo, no es un predicador |
Escuchar | Darte SUS opciones, que son válidas para su vivencia, y no necesariamente para la tuya, no es un experto en ti |
Reflejar tu lenguaje y tu expresión general | Tomar partido en tu situación, no es un abogado |
Desafiar lo que parece obvio | Criticarte, no es un asesor |
Explorar la coherencia entre tus valores, intereses y acciones | Forzarte a hacerte consciente de lo que ve, no es un analista |
Aprende de ti y contigo | Darte clases, no es tu maestro |
Invitarte a diseñar tu futuro | Ir al pasado, averiguar cómo te hiciste quien eres, centrarse en las heridas, no es arqueólogo, sanador, ni terapeuta |
Preguntarte qué depende de ti y qué depende de los demás, para que te hagas cargo de tu lado | Hacerse cargo de ti, no es tu mamá.Ayudarte a cambiar a alguien, no es hipnotista |
Asombrarse ante tus descubrimientos, el desarrollo de tu potencial, tus ganas de experimentar | Cambiarte o guiarte, no predica |
Respetar y estar presente en tu vulnerabilidad, confiar en la función de las emociones | Interrumpir tus emociones, no es un represor o consolador |
Agradecer tu confianza para dejarle entrar en tu mundo, celebrar tu forma de ser única | Manipularte, no está compitiendo |
Aprende de su experiencia | No es perfecto |
Cuéntanos tus reflexiones y dudas sobre este tema en los comentarios.
Me encantó el artículo, muy bien explicados los límites de un Coach, creo en la labor que realizan y es tan útil como el papel de un Psicólogo.
En este artículo queda muy claro a donde es necesario pedir ayuda.
¡Éxito!
Muchas Gracias un Abrazo!!!