Tu también puedes cambiar y evolucionar

Mario Alonso Puig, conocido médico español ha expresado: “en algunas ocasiones, aferrarnos a una zona conocida puede impedirnos adentrarnos en otros espacios de descubrimiento”.

Esta frase condensa lo que se ha dado en llamar zona de confort. No obstante, puede inferirse de lo expresado por el médico que esa zona es en factor susceptible de constituirse en un impedimento para la evolución de la vida misma. En ese sentido, la siguiente afirmación es un buen punto de partida para abordar el tema de cómo evitar que la zona de confort restrinja la evolución en nuestras vidas.

Muchas cosas en nuestra vida se van renovando, actualizando, unas siguen y otras no. Finalmente de eso trata la vida de ir experimentándolo y actualizarnos.

Psic. Andrea San Gil

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Hay momentos en nuestra vida que podemos recordar con mucho amor y cariño, sin embargo, ya somos otras personas y no queremos volver allí, la experiencia de haberlo vivido fue suficiente, la etapa se acabó y no es posible sentirnos de la misma manera. A veces pasa con relaciones de pareja, amistades, trabajos o incluso con hábitos y conductas. Por ejemplo “Antes disfrutaba mucho trotar, era inmensamente feliz haciéndolo y ahora disfruto las pesas”, se dan cuenta que no tienen nada de malo una cosa o la otra? Solo es un cambio y si sigo buscando felicidad en el trote quizás no la conseguiré. Así mismo pasa con las amistades por ejemplo “Disfrutaba mucho hablar con esa amistad pero ahora somos muy distintas y no me genera lo mismo”. Muchas cosas en nuestra vida se van renovando, actualizando, unas siguen y otras no. Finalmente de eso trata la vida de ir experimentándolo y actualizarnos. Cuéntame: ¿Te ha pasado? Un día despiertas y dices “Esto me hacía feliz pero ya no”.

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En general se acepta que los cambios son intrínsecos a la vida misma, por la actualización y renovación en diversos órdenes, por ejemplo nuevos amigos, nuevos trabajos, nuevos sitios de diversión y que la sucesión de esos cambios implica en esencia una evolución que a la vista de algunos autores la caracterizan como algo ineludible. John Morley, político inglés del siglo XIX y primeras dos décadas del siglo XX,  llegó a expresar al respecto que: “la evolución no es una fuerza, sino un proceso; no una causa, sino una ley”; esa aseveración concentra su naturaleza y  la inserta en la esencia de la vida.

Hay momentos en nuestra vida que podemos recordar con mucho amor y cariño, sin embargo, ya somos otras personas y no queremos volver allí, la experiencia de haberlo vivido fue suficiente, la etapa se acabó y no es posible sentirnos de la misma manera. A veces pasa con relaciones de pareja, amistades, trabajos o incluso con hábitos y conductas.

Psic. Andrea San Gil

Se observa entonces, que la evolución se logra a través de las experiencias acumuladas a lo largo de la vida es un proceso constante y de causa efecto en múltiples dimensiones, que se mezclan y yuxtaponen continuamente. 

¿Te ha ocurrido últimamente? ¿Recientemente despertaste y dijiste “Esto me hacía feliz pero ya no”? Cuenta tus opiniones por acá en los comentarios.