La Autolesión es definida como un acto deliberado de hacerse daño mediante cortes superficiales en diferentes partes del cuerpo, causándose lesiones que produzcan sangrado, hematomas o dolor, teniendo como expectativa que se producirá un dolor físico leve o moderado sin tener ideación suicida.
Aunque no lo creamos, lo descrito anteriormente genera de inmediato un alivio emocional, es decir, cambiamos momentáneamente el dolor emocional por el físico. Esto se explica bioquímicamente de la siguiente manera: al cortarse (lo más común) o lastimarse se liberan endorfinas que son neuropéptidos que tienen la función de control del dolor, provocando una sensación de bienestar y generan calma. De esta forma, el dolor emocional se ve opacado por el físico, es quizás una manera de disfrazar/drenar las emociones que están siendo manejadas de una forma inadecuada.
Según estudios realizados en los últimos años, la población más propensa a practicar la autolesión son los adolescentes, siendo los 14 años la edad en la que con más frecuencia aparece, no obstante puede presentarse entre los 12 y 25 años y aunque no es un fenómeno exclusivo de un género es más común en mujeres que en hombres.
Por otra parte, la autolesión no está hasta ahora catalogada como un trastorno, no obstante, está muy ligada a otros trastornos del estado de ánimo y de control de los impulsos, por lo que es considerado como una conducta relacionada a algún trastorno. Es importante conocer que la autolesión tiene un ciclo, que si estás pasando por esto podrás identificar:
Este ciclo comienza por sentir una emoción dolorosa (tristeza, ira, frustración, etc), la persona piensa que su malestar es tan grande que no lo puede controlar o manejar y ahí comienza a aumentar la tensión fisiológica y emocional activando los pensamientos y llegando a la autolesión, luego de que produce el daño se experimenta un alivio pero después el individuo siente culpa y/o vergüenza. Algunos síntomas o signos más comunes de la autolesión son:
- Cutting: Cortes superficiales hechos con hojillas, cuchillos o algún objeto cortante.
- Quemaduras: Lesiones realizadas con fósforos, cigarrillos o algún objeto caliente.
- Hematomas y Rascados: Provocarse moretones por golpes o rascarse un área hasta sangrar.
La Autolesión suele provocarse en lugares del cuerpo poco visibles como brazos, piernas, parte frontal del torso, pues generalmente ocultan las lesiones. Desde mi experiencia profesional, la autolesión se da muchas veces por la poca capacidad de una persona para enfrentar situaciones difíciles o desafíos para ella, asi como también, reprimir emociones o no manifestarlas de forma adecuada (Ej.: no saben cómo expresar la rabia, la tristeza o la frustración). Es importante saber que aunque la autolesión no tiene intención suicida, los impulsos en esos momentos no están en control de la persona que lo ejecuta por lo que las lesiones pudieran ser graves.
Finalmente, la recomendación en estos casos más importante es que si eres quien lo padece o tienes algún familiar/amigo que está autolesionándose es buscar ayuda profesional (Psicólogo) o canalizarlo con algún profesional de la salud que pueda orientarlo a buscar ayuda psicológica. Como parte del tratamiento esta la terapia cognitivo-conductual para corregir la conducta y cortar con el ciclo anteriormente expuesto, así como también, el entrenamiento en manejo de emociones, que incluye identificar y expresar de manera adecuada todas las emociones y en el proceso abordar aquellas situaciones difíciles que viva el paciente para orientarlo a la resolución de las mismas.
Psic. Liz Fabiola González.
@soypsicoemocion
Miembro del Equipo de Psicología Sincera.
F.V.P.:8473
